El arquitecto y director de la Fundación RIA (impulsada por David Chipperfield), Manuel Rodríguez López, y el profesor de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Miguel Pazos Otón, disertaron sobre movilidad y modelo de ciudad en Santiago, en una mesa de debate incluida en el ciclo “Compostela 2023-2027. Presente y futuro”, que desarrolla la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Santiago (RSEAPS), desde el pasado mes de febrero, en su sede de la Plaza Salvador de Parga.
Pazos Otón afirmó que, si bien Compostela “fue pionera en su momento en la humanización y restricción del automóvil privado en el interior del antiguo recinto amurallado de la Almendra, a día de hoy es preciso llevar ese proceso más allá, para lograr una auténtica sostenibilidad”. Para el profesor de Geografía, ese proceso pasa necesariamente por “repensar la movilidad y tratar de lograr un incremento de la accesibilidad en transporte público y colectivo”.
Destacó también que, aunque Santiago se caracterice por ser una ciudad compacta en su centro urbano, “creció en las últimas décadas conforme a patrones de baja densidad en sus periferias”, produciéndose una “sobrecarga de los espacios residenciales al sur del área urbana, que define un modelo caracterizado por la llegada diaria de miles de automóviles a los principales puntos de atracción de desplazamientos”. Por todo ello, así como por la “perentoria alarma energética y climática”, Pazos recomienda una revisión de la movilidad en Santiago desde el punto de vista de su área urbana, “dando más protagonismo al peatón y mejorando aún más el transporte colectivo”, al tiempo que se produzca una recuperación del espacio público.
Por su parte, Rodríguez López recordó que “la Fundación RIA desarrolla desde 2017 propuestas estratégicas y proyectos piloto que buscan la protección de los valores patrimoniales y ambientales, así como un desarrollo sostenible del territorio gallego”. Fruto de la experiencia de esa institución filantrópica en los últimos seis años en el Barbanza, dijo, “ha podido desarrollar una metodología de análisis, participación y propuesta, aplicable a diferentes ámbitos, y que identifica la transformación de la movilidad como uno de los factores de mayor impacto para la transformación de la ciudad”.
Señaló además que “el carácter de la calle cambió de forma muy importante en los últimos 50 años, pasando a ser una infraestructura dominada por el tráfico y el aparcamiento, que no sólo limita los usos del espacio público, sino que degrada la calidad del entorno y la calidad de vida de los ciudadanos”. “Actualmente”, añadió, “siguiendo ejemplos de éxito internacional, las ciudades y villas medianas y pequeñas buscan, además de aumentar la seguridad y reducir la contaminación, recuperar la identidad y los valores que fueron relegados por las prioridades de la movilidad”.
Por ende, el arquitecto sugiere “diseñar estrategias innovadoras y transformadoras”, tomando como punto de partida el análisis, identificación y diferenciación de las escalas de movilidad que se solapan y conectan en el término municipal (movilidad territorial, interurbana y urbana).
Por último, Rodríguez aseguró que “la coordinación interadministrativa y multinivel” -que denomina “gobernanza de la movilidad”-, “supone el gran reto para impulsar proyectos transformadores en lugares como Santiago de Compostela, en donde se producen solapamientos e interconexiones de escalas tan lejanas como la urbana (peatonal) y la internacional (aérea), en puntos tan concretos como la plaza de Galicia”.